nació en Buenos Aires en noviembre de 1967. Es discípulo de Roberto Paéz. Durante más de 10 años participó del taller de dibujo y pintura del maestro, donde creció como artista plástico logrando madurez en sus formas y uso del color. Su obra ofrece un recorrido por escenas y ambientes en los cuales la figura humana siempre provoca, invita a compartir lo íntimo. En lo sugerente de sus retratos Perazzo despliega una búsqueda que permite sospechar algo de la realidad, que en palabras del maestro Paéz "no existe, a lo sumo se presiente".